La córnea, esa parte aparentemente simple pero sorprendentemente compleja de nuestros ojos, es mucho más que solo un «lente» transparente. ¿Sabías que la córnea es 300 veces más sensible a los rayos UV que nuestra piel? ¡Sí, lo leíste bien! Esta pequeña parte de nuestros ojos es extremadamente sensible a la luz ultravioleta, lo que nos recuerda la importancia de proteger nuestros ojos del sol.

Pero eso no es todo, ¿te imaginas que la córnea es la única parte del cuerpo humano que no recibe suministros de sangre? Así es, la córnea recibe oxígeno directamente del aire, lo que la convierte en un verdadero milagro de la naturaleza. Sin embargo, durante el cierre palpebral nocturno, el aporte de oxígeno a la córnea se reduce a un tercio de lo que recibe durante el día, lo que resalta la importancia de un sueño reparador para la salud ocular.

Pero no todo son datos curiosos, la córnea también es un ejemplo asombroso de regeneración. En condiciones normales, puede sanar completamente en tan solo 24 a 48 horas, lo que la convierte en uno de los tejidos más rápidamente regenerativos del cuerpo humano.

¿Y sabías que la córnea de tiburón es casi idéntica a la córnea humana? De hecho, ¡se ha utilizado en cirugías oculares!. Este hecho nos permite reflexionar sobre la fascinante similitud entre las córneas de humanos y tiburones.

Pero, ¿cuáles son las funciones de la córnea? 

La córnea desempeña un papel crucial en nuestra visión al permitirnos enfocar objetos, regular la entrada de luz y servir como la capa protectora del iris y el cristalino. Es como el guardián transparente de nuestros ojos, asegurándose de que podamos ver el mundo que nos rodea con claridad.

Entonces, la próxima vez que parpadees, recuerda todo lo que la increíble córnea hace por tus ojos. Cuidarla es fundamental para mantener una visión saludable y clara.

Ortiz, José A.
11/4/2024